La reciente noticia que llegó desde Uruguay donde iniciaron los avances para llegar a una regulación de las criptomonedas se suman al proyecto presentado en el Congreso paraguayo hace unas semanas. Después de un 2021 inactivo en este sentido, muchos países reconocen en los últimos tiempos la necesidad de darle un marco legal al mercado cripto y comienzan a trabajar en ese sentido.
A medida que crece la aceptación de las criptomoneda como parte de las carteras e inversiones, aun con su volatilidad, los gobiernos de todo el mundo aceptan su necesaria regulación aunque las intenciones se dividen en dos grandes grupos. Los que pretenden poner el gran pie del Estado sobre las criptos con sus regulaciones para someter al mercado y los que pretenden dar una marco legal que impulse el crecimiento de las criptos y toda la industria que se genera a su alrededor, aunque siempre cuidando que no provoque desequilibrios con sus propias finanzas tradicionales.
En esta última línea encontramos a Estados unidos, que en el último semestre se convirtió en el eje de las criptomonedas. Aunque con muchos avances y algunas medidas como la incorporación de las operacioens cripto en el sistema de impuesto fedeeral, EEUU aun sigue sin determinar el amino correcto. Estados Unidos, el país aún no ha desarrollado un marco regulatorio claro para la clase de activos. Mientras la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) normalmente ve la criptomoneda como un valor y hasta aceptó su cotización en Bolsa, la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) llama a Bitcoin un producto básico, y el Tesoro lo llama una moneda.
Reino Unido considera la criptomoneda como propiedad pero no como moneda de curso legal y sus esfuerzos regulatorios apuntan básicamente a los requisitos específicos para conocer los datos de los clientes (KYC) de los exchanges. Lo mismo sucede en Alemania y otros países de Europa, junto a la potencia de Japón, donde además, se considera a las ganancias comerciales generadas por las criptomonedas como “ingresos varios” y grava a los inversores en consecuencia.
En nuestra región, recién ahora se empiezan a ver algunos intentos por regular con un marco legal al mercado cripto. Pese a tener en estas filas a El Salvador, el primer país en aceptar al bitcoin como moneda de curso legal, ninguna otra nación latinoamericana ha avanzado mucho. México es quien tomó las medidas más favorables, reconociendo a las criptomonedas como un medio legítimo de pago y para realizar transacciones. Algo similar sucede en Venezuela donde un decretó determinó que en ese país se “promoverá, protegerá y garantizará el uso de las criptomonedas como medio de pago en las instituciones públicas y en las empresas privadas, mixtas o conjuntas. En el resto de la región, las riptos también se utilizan como medio de pago aunque sin marco legal, solo con gobiernos que miran para otro lado mientras piensan como plantear futuras regulaciones.
Países con gran aceptación de criptomonedas como Argentina, Colombia y Chile, aun no establecieron ninguna regulaciones oficial. En Argentina, hace solo unas semanas vencieron dos proyectos de ley en este sentido por no haberse tratado en el Congreso. Colombia al menos, tuvo algunos muchos proyectos como su Sandbox, con apoyo oficial para impulsar el desarrollo del mercado, especialmente el de las blockchain. En Chile se espera que el nuevo presidente recientemente electo, avance en hacia un proyecto cripto.
En el resto de los países latinoamericanos, no hay aun proyectos ni estudios oficiales, al menos anunciados de manera pública. Cada tanto surge alguna información sobre propuestas aisladas de legisladores latinoamericanos, pero que tiene más de campaña publicitaria propia que un verdadero intento por con más intención de publicidad que de lanzar una ley en verdad.