El año que vivimos en peligro podría titular Binance a este 2021 después de ir sorteando uno a uno, las presiones regulatorias de casi una decena de países que pusieron en el mayor exchange del mercado, el modelo ejemplificador para las otras empresas del ecosistema cripto. En un modelo de resilencia, Binance termina este año en el que estuvo bajo fuego constante con casi un 1400% de crecimiento.
Sin dudas el punto crítico se vivió a mitad de año, cuando Changpeng Zhao (CZ), el CEO de Binance y uno de los importantes referentes del criptomundo, declaró que estaba dispuesto a renunciar para facilitar que el exchange lograra la aceptación de muchas potencias del mundo para operar dentro de un marco legal y lógico.
A finales de julio, “CZ” anunció que Binace quería convertirse en una entidad financiera regulada, una suerte de banco tradicional que operaría con criptoactivos, y que estaba dispuesto a renunciar a su cargo en beneficio de este cambio de rumbo de la empresa. “Vamos a girar para ser una institución financiera totalmente regulada en el futuro” y agregaba en una conferencia de prensa que “estoy dispuesto y muy abierto a encontrar un director ejecutivo de reemplazo con más experiencia regulatoria.”
Unos días antes, el mundo recibía la noticia que el Reino Unido prohibía directamente a Binance. Los titulares eran casi una fake news a la cual se subieron hasta medios de larga trayectoria como la BBC. La prohibición del ente regulador de Conducta Financiera (FCA) británico era sobre una subsidiaria del exchange la Binance Markets Limited y no al intercambio que siguió operando, aunque estaba claro que el Reino Unido y otras potencias ya iban contra Binance.
En junio, La Agencia de Servicios Financieros (FSA) de Japón emitió una advertencia al exchange por operar en ese país sin la debida autorización. El aviso anterior había sido en el 2018 sin demasiadas consecuencias aunque ahora el gobierno japonés advirtió que de continuar operando en esas condiciones podría genera cargos criminales a los involucrados. La respuesta de Binance fue simplemente trasladar su sede de Japón a Malta.
También por mitad de año Alemania se sumo a la caza de Binance cuando el regulador financiero de ese país aseguraba dijo que los tokens de acciones violaban las leyes de valores de la Unión Europea. A principios de año Binance había lanzado estos tokens de acciones, que ofrecían exposición sin comisiones a acciones tradicionales como Apple y Tesla. El exchange amagó con dejar de ofrecerlos aunque finalmente logró superar los problemas en suelo alemán.
El organismo de control financiero de Tailandia presentó por ese mismo tiempo una denuncia penal contra Binance por operar un negocio de activos digitales sin una licencia. Lo mismo ocurrió en Malasia y Corea del Sur, aunque con peores resultados. La denuncia penal de Malasia con la obligación de dejar de operar en apenas dos semanas llevó al exchange a cerrar su filial local en agosto. Corea del Sur no tuvo una acción directa pero a buen entendedor…, Binance cerró el soporte del idioma coreano y los pares comerciales de divisas en el mismo mes. Las acciones de China fueron hacia todo el mercado aunque para el exchange líder fue otro fuego cruzado más para estar atento y lograr operar lejos de las regulaciones de Beijing.
Estados Unidos también apunto sus cañones regulatorios sobre Binance en varias oportunidades durante este 2021. En septiembre la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos anuncio que investigaba si la empresa había vendido información privilegiada o incurrido manipulación del mercado al “negociar las órdenes de los clientes antes de ejecutarlas” aunque el exchange negó cualquier mala conducta. En mayo ya había soportado las acusaciones del Departamento de Justicia por supuesto lavado de dinero y la evasión de impuestos, los argumentos de aquellos tiempos para presionar a las criptoempresas.
El hecho más reciente fue hace apenas unos días cuando desde Turquía, la MASAK (Junta de Investigación de Delitos Financieros) declaró a Binance Turquía culpable de infringir la Ley de Prevención del Lavado de Capitales, también conocida como Ley AML. Es por eso que lo multó con con 8 millones de liras turcas (cerca de USD 750,000).
Un repaso del año que vivió Binance, entre presiones y una clara persecución directa, ya ningún otro intercambio tuvo tal concentración de acciones en un período tan corto. En abril de este año, Coinbase, el segundo exchange del mundo pero con sede en EEUU, deambulaba por aguas tranquilas mientras anunciaba que comenzaría a cotizar en Nasdaq.
Mientras todo esto pasaba Binance supo superar los obstáculos y cotinuo adelante con varios desarrollos y mejoras como los lanzamientos de colecciones a través de Binance NFT Marketplace, su sistema quema de tarifas regular BEP-95 similar al de Ethereum, el nuevo servicio de Binance Pay y su plataforma de fan tokens, por mencionar algunos avances.
Si no te mata te fortalece dice el dicho y Changpeng Zhao lo puede confirmar al ver los 1400% de ganancias en este año que Binance vivió en peligro.