La llegada de Naspter y sus generaciones siguientes como Spotify, Apple Music y SoundCloud, sacudieron los cimientos de la industria musical. Prometían una irrupción que cambiaría todo aunque tiempo después, la tecnología fue el cambio y el modelo de negocio sigue sin cambiar tanto. De discográficas multipoderosas a plataformas multipoderosas.
El público sí accede con mayor facilidad a mayor cantidad de contenidos aunque los artistas, siguen casi igual que antes. Los competidores descentralizados de Spotify sí pueden cambiar todo, con el mismo acceso de la gente a gran volumen de temas pero incluyendo un justo reparte del negocio para los verdaderos creadores, los músicos y artistas.
No es casual entonces que estrellas como Katy Perry y Pitbull apoyen este desarrollo, inclusive aportando millones de dólares en financiación. Mientras que Spotify paga apenas USD 7.000 al artistas por un millón de reproducciones, las nuevas plataformas descentralizadas permiten que los músicos establezcan cómo quieren cobrar, hasta les brinda la posibilidad de ingresar al mundo de las colecciones NFT.
Este nuevo modelo de negocio de la música, se saca de encima al poder concentrado (ayer discográficas, hoy plataformas) para que lanzar música sea más sencillo y justo con los artistas. Pagos de regalías más ágiles, sin intermediarios costosos y establecer un punto en que se produce, compra, vende, escucha y gestiona la música de forma justa y transparente.
La proyección de este modelo de streaming es amplio y cada día nuevas empresas descentralizadas se suman, algunas con originales variantes.
Audius es la más reconocida por el momento y llegó hace unas semanas a los 5 millones de usuarios. Se lanzó en 2019 y en lugar de pagarle en forma directa a los artistas, les brinda la infraestructura necesaria para monetizar su trabajo de la manera que consideren adecuada, incluso con NFT.
Choon permite que los artistas fijen los valores que consideren lógicos para sus obras y como compensación por el soporte y desarrollo de la plataforma, se cobra una comisión a cada artistas que nunca puede ser superior al 20% del ingreso por reproducción.
La plataforma de Singapur Rocki, es la primera en ofrecer beneficios tanto a los artistas como a los fanáticos por su transmisión y uso del servicio. Las recompensas y pagos, artistas y público, pueden ser en monedas locales y en criptomonedas. La capitalización propia es por el crecimiento del proyecto y su token nativo.
Micelia de Reino Unido está dirigida a los músicos independientes para apoyar sus inicios con esta plataforma de streaming y su blockchain que garantiza la difusión de cada obra con todo la información sobre autores, datos de registros y derechos.
OPUS es quien menos cobra por el servicio, por debajo del 10%, pero además permite a los oyentes y público en general brindar apoyo directo a sus artistas mediante el uso de criptomonedas y su token propio.
Los ejemplos son muchos y la variedad de propuestas es tan amplia con la enorme posibilidad que las plataformas descentralizadas blockchain ofrece al mercado de la música y los artistas,
Hoy Spotify cuenta con casi 200 millones de usuarios pagos en todo el mundo. Muy lejos los 5 millones a los que llegó Audi en septiembre y generó una fiesta en todo la industria musical descentralizada, aun de los propios competidores. La distancia casi parece de años luz pero no olvidemos que hubo un tiempo no muy lejano, de los tiempos de los Rolling, Queen y bandas más cercanas en que las discográficas parecían gigantes eternos. Y además, entendamos que los socios más fuertes e interesados en el crecimiento de este nuevo modelos, son los propios artistas, los multimillonarios famosos y los indies.