El costo de la comida siempre es motivo de preocupación, más dentro de nuestra región latinoamericana. Pero los fuertes subas de los últimos tiempo, pandemia en medio y otros factores, han llevado a que los alimentos tengan el mayor costo de los últimos 10 años, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
La situación empieza a ser alarmante, más cuando uno de los líderes de la industria alimenticia, como el Cero de Heinz advierte que “la gente debe acostumbrarse a los precios más altos de los alimentos” con una muy exacta mirada del mercado y poca mirada social. En este marco la tecnología blockchain aparece como una solución innovadora, con proyrección, que puede reducir costos.
Por un lado genera un control confiable sobre el estado de los grandes productores agrícolas y ganaderos, los inventarios y los contratos, además de un seguimiento del proceso para que cada integrante reduzca demoras, optimice tiempos y recursos. Todo este proceso en el formato actual es increíblemente costoso y genera en muchas ocasiones demoras y pérdidas, que ya han sido incluidas en el precio de venta final, dada la habitualidad de ellas.
En el mismo sentido de control y seguimiento certero, imposible de falsificar, blockchain mejora la logística, tanto para los grandes volúmenes de los productores como la de distribuidoras a puntos de ventas minoristas. En esta parte de la producción alimenticia, los seguros previsiones por pérdidas y robos, hasta falsificaciones, incrementan también el valor que llega a las góndolas para el público.
El más atractivo de los beneficios, es la posibilidad que toda la información de la producción de un alimento, sea pública. Es decir que cualquier ciudadano podría ver cuando se inicia el cultivo, cuando se traslada al molino, a la planta de mejora, de fraccionamiento, a la distribución y al supermercado. No sólo ve los tiempos sino los costos de cada proceso y así podrán evidenciarse los puntos de la cadena de producción donde los costos son excesivos. Esto además permitirá a los distintos puntos negociar mejor sus precio, bajando costos. Y poner en evidencia donde la situación de monopolio encarece al alimento.
Para completar algunos de los beneficios que pueden reducir costos, las cadenas de bloques ofrecen sistemas más económicos y seguros de transferir pagos, mucho más baratos que las comisiones del tradicional sistema de pago financiero, al tiempo que da la oportunidad de incluir a las criptomonedas.
Los beneficios sin indudables y nadie los discuten. Se entienden alguna duda natural por tratarse de un desarrollo innovador pero ya en muchas naciones, oficinas públicas y organizaciones agrícolas y ganaderas avanzan para conocer más de las blockchain y como aplicarlas. Sin dudas la resistencia mayor estará en los formadores de precios y quienes en las cadenas de producción alimenticia ostentan dominios para imponer el precio que ellos deciden, algo que con la tech blockchain, quedaría expuesto.