Según Marccos Allende, especialista IT del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington D. C. a cargo de las áreas de blockchain, cuanto más utilizamos internet, más importante se vuelve asegurarnos de que todo lo que hacemos electrónicamente sea seguro. También aseguró que “La nueva generación de ordenadores cuánticos podrá romper la criptografía de internet”.
Para entender un poco más este concepto es importante entender que puede dividirse, fundamentalmente, en dos áreas: la Distribución Cuántica de Claves (QKD) y la Criptografía Poscuántica (PQC). La QKD consiste en habilitar una nueva infraestructura de telecomunicaciones que permita que los dispositivos conectados a la red sean capaces de intercambiar unas claves criptográficas cuánticas, como paso previo al intercambio de información.
“El hecho de que las claves sean cuánticas significa que se comparten entre los dispositivos, de manera que, si alguien las intercepta en el camino, ellas mismas cambian y el espía no es capaz de obtener las claves originales”
Marcos Allende
Estas claves cuánticas son lo que se conoce como “simétricas”, básicamente significa que los dos dispositivos usan la misma clave para encriptar y desencriptar. La otra, PQC, consiste en seguir utilizando parejas de claves ‘asimétricas’, más complejas y resistentes a los ordenadores cuánticos.
“Esto es similar al uso de un buzón de correos. Cuando alguien me quiere enviar un mensaje en internet, lo encripta con una clave que yo le ofrezco porque solo yo tengo la combinación complementaria que permite desencriptarlo. Similar a lo que ocurre cuando alguien nos deposita una carta en el buzón y solo nosotros podemos abrirlo y recuperarlo, con nuestra llave”.
Marcos Allende
Los algoritmos que utilizan, tanto internet como nuestros teléfonos actuales para generar estas parejas de claves, no son resistentes a ataques de ordenadores cuánticos, razón por la cual ya se trabaja en esta nueva generación de criptografía cuántica que sí lo sea (la poscuántica).
En los últimos años, han venido probándose nuevas soluciones dentro de las dos ramas de criptografía cuántica que acabamos de describir. Actualmente, agencias como NIST se encuentran en rondas finales de estandarización de los primeros algoritmos poscuánticos. Mientras tanto, Europa, EE. UU. y China están a la cabeza del desarrollo de infraestructura cuántica de telecomunicaciones que garantice la seguridad del intercambio de información en sus territorios.