La dura hiperinflación de Venezuela ha llevado al anunció oficial hoy de la entrada en vigencia a partir del 1° de octubre de la CBDC venezolana. con una quita de seis ceros al valor actual de la moneda billete vigente.
El aumento de precios del 264,8% en los primeros cinco meses de este 2021 ha impulsado a parte de la población a instalar al dólar estadoudinense como moneda de reserva y cambio, un hecho que adquiere peores consecuencias ante la continuidad del bloqueo de EEUU a Venezuela.
Aunque desde algunos medios se anuncian que la medida apuntaría a una futura eliminación de los bolívares en su versión física, la realidad es que desde el gobierno del presidente Nicolás Maduro se intenta controlar el ingreso del dólar, inmanejable en esta economía hiperinflacionaria, con una esta moneda digital del Banco Central. No es casual que esta medida llegue justo cuando desde la región se anuncian las primeras charlas entre Maduro y Juan Guaidó, el principal opositor.
El largo y meticuloso proceso que realizan los países para desarrollar su moneda digital no se cumple en Venezuela ante las urgencias. Según el Rastreador de CBDC del la Atlantic Council, el banco central venezolano había suspendido hace unos meses su acuerdo con partners rusos para investigar el lanzamiento de su moneda digital.
Esta decisión de lanzar en menos de 60 días una moneda digital venezolana demuestra las urgencias propias del país. Sin analizar su posible resultado, menos ante una clara acción de emergencia financiera, es un ejemplo válido que los activos digitales a los que tantos poderes concentrados se oponen, son la alternativa a la que pueden recurrir las naciones más complicadas, inclusive para sortear bloqueos, justificados o no.