Nick Sears vive en en Dallesport, Washington. Ha decidido no ir a la universidad y continuar prefeccionandose en la minería y en la reparación de las máquinas. Asegura que su educación en soldadura y electrónica vale mucho más para él que un título universitario.
La experiencia de Nick sirve como ejemplo del modelo one life que propone el criptomundo, con jóvenes que prefieren alejarse de la evolución tradicional del sistema para dedicarse a vivir a su manera. Y lograr con muchas menos horas de dedicación y fuera de jefes o presiones de mercado, el mismo ingreso promedio que cualqueir trabajador norteamerciano.
En la investigación que realizó cnbc.com Nick Sear cuenta que Nick Sears tenía 17 años cuando ayudó a construir una granja minera de bitcoins. Tenía 18 años cuando se le permitió legalmente comprar bitcoins por primera vez.
En un mundo que busca mayor calma, con tanta gente que sueña con abandonar las ciudades y grandes presiones para vivir una realidad más relajada, este pequeño caso del joven de Washington es un modelo posible. Al mismo tiempo, para también una gran cantidad de personas, el hecho de que un joven con posibilidades decida no ir a la universidad es difícil de digerir.
Sin dudas la indsutria de criptomonedas es irruptiva y atenta contra el tradicional sistema financiero y de poder. De ahí la persecución y repetidas acusaciones sobre lavado de dinero y falta de sutentabilidad con el medio ambiente. Pero no sólo es el temor por unos activos digitales que puedan cambiar el orden casi eterno, también es por los miles y miles de Nick Sears que deciden salirse del sistema y presentan a futuro, una enorme capacidad productiva que estará dedicada a esta industria y no a sostener el mismo proceso clásico que asegura el mismo orden.