El principal regulador financiero británico, la Financial Conduct Authority (FCA) está gastando una importante suma de dinero para advertir a los inversores sobre los riesgos de las monedas digitales.
Según los informes, la FCA está lanzando una nueva campaña de marketing digital de 11 millones de libras esterlinas (USD $15,2 millones) para advertir a los jóvenes sobre los riesgos asociados a la inversión en Bitcoin y otras criptomonedas. El director ejecutivo de la agencia reguladora, Nikhil Rathi, dio a conocer la medida en un discurso pronunciado este jueves durante un seminario web sobre el papel de la FCA como regulador proactivo.
La medida se produce poco después de que el organismo de control de anuncios de Reino Unido planteara tomar medidas enérgicas contra el marketing relacionado con las monedas digitales.
En su discurso, publicado en la página del FCA, Rathi citó una investigación reciente que reveló que cerca de 2,5 millones de británicos poseen criptomonedas. El funcionario destacó la preocupación del regulador de Reino Unido de cara a la creciente adopción de activos digitales, una tendencia predomina entre los grupos demográficos más jóvenes.
“Hemos visto una explosión entre los jóvenes que especulan con las criptomonedas u otras inversiones de alto riesgo“, comentó Rathi. Agregó que estos usuarios tienden a comportarse “de manera menos racional y más emocional, incitados por personas influyentes anónimas e irresponsables en las redes sociales“, lo que puede conllevar a pérdidas de dinero.
Esta es una categoría de consumidor con la que no estamos acostumbrados a relacionarnos: los jóvenes de 18 a 30 años son más propensos a ser atraídos por las redes sociales. Es por eso que estamos creando una campaña de marketing digital de £ 11 millones para advertirles de los riesgos.
El principal regulador publicitario del país informó el viernes pasado que tomará medidas drásticas contra el marketing engañoso para las inversiones en criptomonedas. Según reseñó el Financial Times, la medida forma parte de un movimiento más amplio de los reguladores para evitar daños a los consumidores comercian con activos digitales no regulados.