El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) incluyó a Malta en la “Lista Gris” de países con “problemas estratégicos” y mayor posibilidad de ser utilizados para el lavado de dinero, el terrorismo y la creación de armas de destrucción masiva. Una “jurisdicciones que requieren mayor control” del GAFI, según indican desde el mismo grupo.
Vale destacar que Malta es considerado el país más amigable para las criptomonedas, la isla blockchain como la llaman algunos, con regulaciones oficiales que la han convertido en un verdadero paraíso para las empresas crypto. Según un diario local, desde el 2017, pasaron más de 60.000 millones de euros en activos virtuales y criptomonedas. Un gran negocio que la lista gris del GAFI viene a ensombrecer.
Para quienes no lo conocen, el GAFI es una organización intergubernamental creada en 1989 por los países integrantes del G-7, que fija los estándares internacionales, controla y busca implementar políticas y medidas legales para prevenir y combatir el Lavado de Activos, la Financiación del Terrorismo y la Financiación de la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva. Un gran y loable objetivo aunque para muchos, hoy se ha convertido en otro grupo de presión con la descentralización de los ecosistemas.
Dos años atrás, este Grupo creado por el G7 exigía conocer los nombres de los inversores y participantes del criptomundo. En el último informe Irán y la República Popular Democrática de Corea prosiguen en la Lista Negra, como “jurisdicciones de alto riesgo”.
El gobierno de Malta salió a repudiar esta inclusión y la calificó de injusta, más cuando no se han dado a conocer de manera oficial los motivos para dicha inclusión.
Como era de esperarse el sector de Pymes locales, salieron a protestar por esta situación, asegurando que no quieren operar dentro de una economía de reputación turbia, exigiendo que se aclarara su nombre de inmediato, en un indirecto pero claro mensaje contra el apoyo oficial a las operaciones de activos virtuales.